Centauro descamisado

Centauro descamisado
Daniel Santoro

viernes, 21 de diciembre de 2018

“La conformación social de los sectores populares argentinos como desenlace del proceso de expropiación y exterminio de los pueblos originarios: el factor militar en la organización del Estado Nación”.

Lic. Juan J. Olivera (Proyecto de tesis, Universidad nacional de Quilmes).


En 1862, un año después de la Batalla de Pavón donde Urquiza le cede la victoria, Bartolomé Mitre, asume a la presidencia del país. Las resistencias del interior Federal se hicieron más intensas y es designado como gobernador de San Juan, Domingo F. Sarmiento, quien acompañado por el general Wenceslao Paunero lanzó una verdadera campaña de exterminio contra las golpeadas fuerzas federales, llegando a degollar al caudillo riojano Vicente “Chacho” Peñaloza y clavar su cabeza en la localidad plaza de la ciudad de Olta, el 12 de noviembre de 1863.
La Guerra de la Triple Alianza (1864 – 1875) es la continuidad del enfrentamiento que encabeza Buenos Aires contra el Partido Federal, que sumió a Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay en el conflicto armado más sangriento que conociera el Continente, dejando al Paraguay floreciente devastado. Al mismo tiempo, el resto de participantes en la conflagración resultaron terriblemente endeudados con la Banca de Londres y debieron hacer una serie de vergonzantes concesiones a la soberanía, liberalización de normas y leyes que regulaban hasta entonces el comercio y la navegación de los ríos, dejando prácticamente toda la política económica y comercial en manos del capital y la corona inglesa. El quiebre de la Banca Brasileña Mauá y el fin de la monarquía portuguesa también forman parte del epilogo que dejó la Guerra del Paraguay.
A nivel político, la derrota del Paraguay y el asesinato del Mariscal Francisco Solano López, en manos de esclavos libertos brasileros, significó el fin de la hegemonía del Partido Federal en la región representada por el liderazgo de López, la caída del Partido Blanco en el Uruguay, el renunciamiento y claudicación de Urquiza a tomar la dirección de la política nacional ante Mitre y Buenos Aires, fuertemente aliado a la corona inglesa.
Mitre, le había dejado la conducción del ejército de la Triple Alianza al Brasil. Luego de una serie de derrotas por impericia del general porteño, pasa el mando, al nefasto asesino de esclavos llevado a héroe nacional brasileño, Duque de Caxias, para dedicarse a los problemas de las sublevaciones de las provincias y a pelear las internas de gobierno. A partir de ahí será Brasil quien continuará incansablemente la guerra hasta la derrota total paraguaya y dar cobarde muerte a su caudillo.
Para esa época el ejército argentino estaba compuesto por fuerzas semipermanentes. Integrado por el “ejército de línea”, milicias provinciales denominadas Guardias Nacionales constituidas, como describe José Hernández en el Martín Fierro, por colectivos de gauchos enganchados por levas de forma violenta e involuntaria, que sumado a los indios “amigos”, actuaban en la lucha de fronteras ante el avances de los malones, y de donde se recurría para intervenciones militares a las provincias contrarias a Mitre, y luego a Sarmiento, quien en 1968 asume la presidencia.
Con Sarmiento en la presidencia, la cuestión de la Guerra del Paraguay, prácticamente pasa a un segundo plano, ya que toda la carga del conflicto estaba en manos de Brasil. Es por eso que se dedica a la guerra de policía y vuelve resuelto a finalizar la guerra contra los caudillos federales del interior, que desde la muerte del Chacho no son tratados como opositores políticos, sino como delincuentes a los que se les tortura y da muerte una vez capturado.
La Guerra del Paraguay, es el nodo que aglutina todas las fuerzas que se desatarán en el proceso económico y político posterior, que se pondrá de manifiesto al término de la Campaña al Desierto de Roca: por un lado, un ejército técnicamente moderno con alcance territorial nacional con una jerarquía profesionalizada y una amplia clase terrateniente surgida de la espada que consolidó una oligarquía política con el avance del Estado sobre tierras indias, que aliada a capitales ingleses y europeos principalmente, inició la integración del país al Mercado mundial al ritmo de los silbidos de las locomotoras ferroviarias, los hilos telegráficos y las exportaciones a granel de cereales y carnes congeladas en los frigoríficos ingleses de Buenos Aires.
Casi todos los actores sociales que ocuparon el centro de la escena política a partir de 1880 participaron o tuvieron roles destacados en la Guerra del Paraguay. Roca, Mansilla, Alem, López Jordán, Hernández, entre otros, formaron en las líneas argentinas, tuvieron una participación opuesta a la guerra, o se pasaron, con las declaradas por Buenos Aires “filas enemigas”, a combatir junto con los federales Paraguayos o los blancos del Uruguay.
Los alzamientos federales que se sucedieron como respuesta al horror de la guerra fueron fuertemente reprimidos y aunque fracasados, no fracasaron por carecer de seguidores. Se movilizaban poblaciones enteras, con tropas menos preparadas y en ocasiones también numéricamente inferiores, se enfrentaban a los ejércitos de línea y muchas veces ponían en jaque a las fuerzas nacionales.
Felipe Varela, a principios de 1969 será el continuador de la estirpe de caudillos que habían surgido en las montoneras cuyanas. Así como el Chacho había ganado su fama en los combates liderados por Facundo Quiroga, Varela se constituye en el líder de las fuerzas populares del norte que enfrentaran al gobierno centralista porteño. Derrotado, luego de miles de escaramuzas, es perseguido por la tropas de Sarmiento, y deberá cruzar la cordillera para radicarse como antes el Chacho, “en Chile y de a pie”, para al poco tiempo morir pobre y en el exilio.
Para el fin de la Guerra del Paraguay, el 11 de abril de 1870, se desarrolló la última rebelión federal en la provincia de Entre Ríos. Conducida por la mayor espada que tuviera el ejército urquicista en sus filas, la rebelión de Ricardo López Jordán, tiene como comienzo la anunciada muerte de Urquiza que hiciera Hernández cuando asesinaran al “Chacho” Peñaloza por mano unitaria, solo que el caudillo entrerriano morirá por alguien salido de su mismo partido y de sus más cercana intimidad, como fuera López Jordán, quien se cree enviara la partida que ejecutó la muerte de Urquiza.
Cuando el 16 de diciembre de 1876, fuera capturado López Jordán, seis años habían pasado desde que se iniciara una rebelión que fue enfrentada de la manera más cruel, nos solo por la cantidad de degollados, fusilados y torturados, sino también porque se enfrentó a compatriotas con los más modernos armamentos de la época como los fusiles de repetición Remington y las ametralladoras Gatling.
El repliegue que realizó Urquiza sobre su provincia durante la guerra, dejando atrás la causa federal para dedicarse a la administración de Entre Ríos como si fuese una gran estancia y la venta de la caballería nacional al ejército del Imperio del Brasil, unos 30.000 caballos preparados para el combate, sumado a que recibió a Sarmiento como presidente de la Republica, a principios de 1870, en el Palacio San José con grandes honores, fueron los hechos que decidieron a los fedérales entrerrianos sumarse a la causa jordanista.
Sarmiento, quién se había construido así mismo como el gran enemigo del partido federal, llevando la guerra sin cuartel y terrorista desde el Estado a las poblaciones del interior, ordenado la muerte del Chacho, y sugiriendo la muerte por degüello de todos los soldados opositores detenidos, ocupaba con merito suficiente el lugar de ser el representante del partido unitario más odiado. El 22 de agosto de 1873, dos anarquistas de origen italiano, los hermanos Francisco y Pedro Guerri, junto con Aquiles Sesabrugo, que declararon luego haber sido contratados por Carlos Querencio, quien con otros jordanistas se veían amenazados de muerte, fallaron en el atentado porque a uno de ellos a Francisco de 22 años, le estalló el trabuco con el cual iba a efectuar el disparo estaba demasiado cargado y le destrozó en la mano. Sarmiento se dirigía a la a casa de Vélez Sarsfield, cuando a la altura de Corrientes y Maipú lo interceptaron los hermanos Guerri. Siempre se dijo que la explosión que apenas sacudió el coche en que viajaba pasó desapercibida por la sordera de Sarmiento, sin embargo los caballos se encabritaron y otros disparos dieron en una pared, análisis químicos posteriores también revelaron que las balas y los puñales estaban envenenados. Este será uno de los primeros atentados anarquistas que iniciará una seguidilla de “venganzas” hacia los percibidos como detentores del poder y “verdugos” de la clase obrera.
A fines de la Guerra del Paraguay, en relación a la organización de las fuerzas militares nacionales, se fundaría el Colegio Militar de la Nación, cuyo primer director fue un militar y topógrafo húngaro, Juan F. Czetz, que se casara con Basilia Ortiz de Rosas, hija de Prudencio Ortiz de Rozas, hermano del Restaurador. A partir de las discusiones posteriores a la guerra que tuvieron lugar con la corona del Brasil, como de dividirían las tierras del Paraguay y las sanciones monetarias que estrangularían al país guaraní, decidió a Sarmiento modernizar la Escuadra Naval Argentina para lo cual creó la Escuela Naval, compró nuevos buques, estableciendo así la primera escuadra argentina con capacidad de igualar a la flotas navales más poderosas de la región de entonces, como eran Brasil y Chile.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Solo en el Fondo confiamos

José Queruza para Mirada Critica.https://mirada-critica.com/2018/05/15/solo-en-el-fondo-confiamos/

Mañana, hoy, se pagan las LEBACS. Desde estas páginas hemos intentado describir el devenir político y social de nuestro país, desde una mirada, valga la redundancia, critica, amplia, sin caer en proselitismos ni en campañas de opinión, siempre desde una óptica apoyada por la teoría y la filosofía política, no por simular algún esnobismo elitista o académico, si no por encontrar en esos viejos textos estudiantiles razones y explicaciones básicas a problemas concretos que la humanidad ha trascurrido en su derrotero histórico nacional e internacional.
Desde aquí, sin ser economicistas, venimos alertando sobre la marcha del gobierno de “Cambiemos”, sus traspiés, sus engañosos cantos de sirena, que hoy aletargados, recuerdan más a los roncos gritos de un desesperado Coco Basile tratando de ordenar la defensa de alguna formación del futbol local, que a las melódicas ninfas de cuerpo de pez que seducían a los antiguos marinos. La dudosa belleza estética del bailecito y los globos de colores hoy nos resultan imposibles, ya lo veníamos viendo en las encuestas que bajo la montaña de votos yacían dos o tres palabras claves para explicar el éxito electoral sin aun divisarse éxitos económicos relevantes. Pasados los semestres prometidos, esos votos solo decían “esperanza”, solamente esperanza.
La política tiene mucho de lo subjetivo, lo irracional, lo pasional y hasta lo místico, todos los políticos han tenido brujos y videntes. El concepto esperanza es quizá parte de esto, y la traducción de esa esperanza en política se puede definir en la Argentina como “confianza” y votos. Pues bien, esa esperanza en el gobierno de Mauricio Macri y esa confianza hacía su figura como político capaz, se rompió.
Durante estos dos años funcionó a la perfección, como un mecanismo de relojería, la estrategia de Duran Barba de achacarle todos los males al gobierno anterior y azuzar el temor con campañas conspirativas incomprobables de Elisa Carrió. Toda protesta de la oposición, de los sectores sindicales o de los consumidores, y “ciudadanos comunes” afectados por el encarecimiento de las tarifas y de la vida en general, fueron desoídos, ninguneados, ridiculizados y eran rápidamente enrolados en lo que el gobierno mismo calificó como “grasa militante”, “corruptos”, “chavistas”, y “populistas”. También violentamente, suplantados, por paradigmáticos actores sociales llamados Juanita de Pringles o Marcos de González Catán, sonriendo complacientes en los carteles y en las selfies de María Eugenia Vidal, como una piadosa y sufriente Magdalena, o con un agradable y cálido Mauricio, amigo de los pobres.
A medida que el gobierno fue pifiando y se hacía más evidente el rumbo incierto en lo económico, a la par fueron creciendo las causas judiciales y las campañas de los medios descalificando sin pruebas, con un lenguaje peyorativo y preocupantemente persecutorio, a la oposición y a todo aquel que proteste.
Sin embargo, lo que a simple vista pareciera ser un navegar al garete de la economía, sin rumbo, lo cierto es que el timón de Macri, desde el minuto uno de su gestión, estuvo orientado en beneficiar a los sectores concentrados de la economía, las multinacionales, los acopiadores e intermediarios agroganaderos exportadores, los amigos de la patria contratista y el consumo de las clases más altas. Los demás, miramos nuestros bolsillos cada vez más flacos.
Mauricio Macri logró que nuestra realidad nacional retrocediera en el tiempo como en una novela de ciencia ficción a aquella, hoy no tan lejana, década del 90. Que Domingo Cavallo vuelva a transitar los pasillos del Banco Central, que funcionarios del FMI vuelvan a las tapas de los diarios, que las tapas de los diarios anuncian las bonanzas de un STAND –BY y que el dólar se descontrole comiéndose reservas y todo el escenario financiero local, es un viaje demasiado horrible a la memoria de este pueblo. Nadie que haya logrado mantener sus nervios y memoria, más o menos lucida, puede avalar semejante avalancha de hijadeputeses e impericias que ha sumado este gobierno.
Sí renovarán, las LEBACS o no, los inversionistas rapiñeros del mercado financiero, poco importa ya, el daño está hecho. El país se ha vuelto a endeudar desenfrenadamente, las reservas se las llevan los camiones de caudales a granel en aviones y por fibra óptica, volvemos al temido ESTAN-FLACION (estancamiento con inflación) que genera el peor remedio a la inflación, la recesión (falta de dinero en la calle, léase en los bolsillos populares).
¿Pero como se puedo caer en tanto en tan poco tiempo? La respuesta sorprende pero así han sido todas las experiencias de libre mercado en la Argentina, como dice Jorge Asís “siempre terminan mal”. Acá no hay amortiguación, como hizo Menem, cuando usó toda el dinero de las privatizaciones de las empresas del Estado para financiar la insostenible convertibilidad (un peso un dólar).
Amigo lector tome sus recaudos, tal vez en algunas mentes febriles de este gobierno estén escuchando los consejos de Cavallo y estén pensando sus recetas: devaluación, endeudamiento, dolarización y corralito. Pero sobre todo, tome nota, y en las ya ahí, próximas elecciones de 2019, vote con conciencia recordando su experiencia, desconfiando siempre del discurso monocorde de las empresas corporativas de medios de comunicación. Anótelo bien en la puerta de la heladera con el imancito, no sea cosa que con los goles del mundial y todo eso nos tomen por sorpresa, ¿No?

lunes, 19 de marzo de 2018

Notas sobre Maquiavelo, la política, el gobierno y el Estado en tiempos del crecimiento invisible.

José Queruza para https://mirada-critica.com/

Mauricio Macri, el Príncipe Posmoderno
En tiempos donde el discurso político se muestra liviano, superficial y digerible, paradójicamente, la divulgación filosófica, nunca estuvo tan extendida. Desde aquellos programas de José Pablo Feinmann y Darío Sztajnszrajber, en el canal Encuentro, pasando por la más reciente “Merlí”, una serie española de la plataforma Netflix, pensada en un principio para el público adolescente, pero que logró concitar cierto interés en personas de generaciones distintas, sumado a los libros de José Natanson o Duran Barba, dan como resultado un panorama del atractivo que tiene en algunos sectores la filosofía y el pensamiento político.
¿Por qué Macri? ¿Sigue existiendo la derecha y la izquierda? ¿Cómo es la política del siglo XXI? Estos son los temas que recorren los debates televisivos, le provocan insomnio a los intelectuales y llenan las páginas de los libros del variopinto escenario político, desde José Natanson a Duran Barba, solo por nombrar algunos de los autores que parecen ineludibles en estas horas, y que repasan en sus obras, viejos y nuevos preceptos a la hora de fundamentar, criticar o buscar argumentaciones y nuevas ideas que presenten posibles respuestas a los complejos escenarios políticos actuales.
Haciendo una lectura rápida y transversal de la obra uno de los padres fundadores de la Ciencia Política, Nicolás Maquiavelo (1469 - 1527), describe en “El príncipe”, la mejor forma de conquista, ejercicio y mantención del poder de un jefe de Estado con poder absoluto. En ese texto, publicado en Roma en 1531 póstumamente, el florentino realiza algo impensado para la época, o mejor dicho algo muy de época, como fue el Renacimiento italiano, que fue un verdadero florecimiento de las ciencias y las artes poniendo en el centro al Hombre. Pero que también tuvo grandes detractores, como el jesuita español Claudio Clemente, que acuño el término “maquiavélico” en su “El maquiavelismo degollado” publicado en 1636, o las persecuciones que le costará a Galileo, con quien Maquiavelo se sabe compartió largas conversaciones, la “abjuración” sobre sus teorías heliocéntricas.
A Maquiavelo lo obsesionaba la unidad y la independencia de Italia, que debía encolumnarse bajo el liderazgo de un caudillo que superara las divisiones internas y frenara las incursiones de enemigos externos. Asimismo, veía en el Vaticano y en la Iglesia Católica un freno para la unidad. Uno de los puntos centrales de su pensamiento político es la separación de la política de la moral. Al llegar a afirmar semejante idea, también ponía en discusión la autoridad del Papa romano en decidir en las guerras territoriales y la “razón divina” para justificar apoyos, a unos sobre otros, de la Iglesia y la siempre preocupante amenaza de excomunión.
Esos ecos del poder papal, aún gravitan en la escena política de occidente. Durán Barba y su Príncipe Posmoderno, Mauricio Macri, bien saben del poder simbólico que guarda el guardián de las llaves de San Pedro. No es nueva esa tensión entre un gobierno que necesita un Estado secular como tampoco cuando los gobiernos se vuelcan a posicionamientos más proclives a seguir los dogmas y mandatos clericales. En la Argentina casos no faltan, desde la presidencia de Julio A. Roca que cortara relaciones con el Vaticano, hasta Juan Perón, que fuera derrocado con el beneplácito de las cúpulas católicas locales.

Guerra contra el Papa

El Príncipe Posmoderno, siguiendo a Maquiavelo, o a Duran Barba, mejor dicho, “no está preso de sus palabras” ni de sus promesas de campaña. Así, Macri mantiene una guerra de baja intensidad con el Papa Francisco, que está totalmente alejada de arrepentimientos, pesares personales, o dogmas no compartidos. Alejado totalmente de sus promesas electorales, ha optado por un modelo completamente opuesto al que promueve el Papa, borrando con el codo aquella imagen que se figuraban aquellos que caceroleaban llenando las plazas contra el gobierno de Cristina y cortaron las rutas hace 10 años, aquel 2008, durante el conflicto con el campo por la Resolución N° 125, y que veían, hasta no hace mucho, en el pontífice, un aliado imprescindible.
Muchos de los que festejaron, hace cinco años atrás, la “fumata bianca” cuando Francisco fue elegido, hoy no lo pueden ni ver, y viceversa, muchos kirchneristas, que veían en Bergoglio un duro opositor, hoy no dejan de repartir estampitas entre los amigos.
Esta guerra contra el papado, ha llevado a Durán Barba a aprovechar el desconcierto para poner en agenda un tema tan sensible como es el aborto legal y gratuito, y con eso, evitar que Francisco le marque la cancha de la política nacional con sus amigos del sindicalismo y con los movimientos sociales. Hace algo así como, -si el Papa no me quiere, hago lo que sea para alejarlo más y hago lo que yo quiero- una constante en la vida del hijo del condottiero de la patria contratista.
Con la hegemonía total sobre los medios de comunicación y una cada vez más compleja situación económica, las campañas de agitación mediático sobre temas sensibles van rotando semana a semana: el arancelamiento universitario, el cobro de la educación y de los servicios a los inmigrantes, la justificación del gatillo fácil y la baja de imputabilidad para los menores que cometen delitos, el aborto, la legalización de la marihuana, etc, todas cortinas de humo que sumen al periodismo y a los comunicadores sociales en maratónicos y confusos debates inaplicables por carecer de rigor constitucional y poder parlamentario para llevar esos cambios adelante. Por otro lado, valga decir, que tampoco se encuentran dispuestos a que se establezcan debates serios, con consultas populares o plebiscitos para resolver temas tan preocupantes, que son banalizados, cayendo en la vorágine de una ensalada televisiva.
Durán Barba sabe que debe mantener unido y cohesionado su electorado sobre el discurso que lo llevó al triunfo en Octubre pasado. Pero el discurso que debe mantener no es el de la campaña. Él sabe que con este ruido mediático nadie escucha nada, el discurso que le interesa es el de los votantes, lo que dicen sus votantes, y por eso este fin de semana ya largó Cambiemos la temporada de “timbreo”. De ahí, obtienen los datos que filtrados y triturados por la consultora de Duran Barba alimentaran luego los spots televisivos, la cartelería en las rutas y las puestas en escenas en los medios.
Si los consultados, entre mates, sonrisas y selfis, querían “seguridad”, la devolución de los técnicos y sociólogos de Cambiemos, le va a agregar impunidad a las fuerzas de seguridad para matar. Si al electorado le cae mal Baradel y otros jefes sindicales, los va a desprestigiar públicamente en los medios y hacer todo para restarles poder y disciplinarlos a través de operaciones judiciales.

Surgimiento y tradición. Divide y reinarás
Pero, ¿De dónde surge Macri y su liderazgo? ¿Cómo logró Macri reponerse de su mala imagen, criticado duramente por quienes hoy son sus más férreos defensores y comparten el mismo espacio político?
Macri es hijo de la farandulización menemista de la política en los 90 que llevó a Palito Ortega y a Scioli a la política. El camino de Macri fue más largo, primero fue la presidencia de Boca y finalmente con la crisis de representación política del 2001, el PRO encontró el momento justo para hacerse del poder cuando fue la tragedia de Cromañón. En aquella oportunidad, el PJ porteño votó con el macrismo la destitución de Aníbal Ibarra. Luego algunos de esos peronistas porteños pasaron a engrosar las filas del PRO. El kirchnerismo también fue siempre contra Ibarra, La Campora, nunca entendió lo valioso que podía ser tener un espacio progresista dentro de un armado peronista en un terreno tan difícil como la Ciudad de Buenos Aires. El mejor candidato, que podía tener el kirchnerismo de entonces, no era Filmus sino Ibarra, que tenía una construcción real y una extensa experiencia de gestión. Pero, pensaron que podían suplantarlo rápidamente, y desde entonces el mapa de la capital se pinta de amarillo elección tras elección. Así, Macri es hijo del menemismo, el PRO de la crisis del 2001 y CAMBIEMOS de la Resolución Ministerial N°125 del 2008.
El oportunismo y la férrea decisión de hacerse del poder político siempre acompañó a Macri, tanto es su veta de empresario de la Patria Contratista, que creció haciendo negocios con el Estado, como en el ejercicio de los ejecutivos siempre miró hacia arriba viendo el siguiente escalón y pisando seguro se dispuso a trascurrir todo el recorrido hasta la Casa Rosada, pero con la naturalidad de quien se siente nacido para mandar. Su discurso está cargado del contenido imperativo del patrón de estancia, esa mezcla de queja y orden, tan conocido por cualquier habitante de nuestra pampa húmeda y de los cordones fabriles del Gran Buenos Aires. Expresiones como: ¿¡Cómo puede ser! que haya tantas universidades!? ¿¡Qué es eso! que vengan de otros países a nuestros hospitales y no paguen nada? , son parte de una manera casi impune de tocar los temas de extrema sensibilidad social y política, que un político debe rozar siempre y buscar la forma para no caer en la incorrección, no mellar la apariencia de lo que habitualmente conocemos como lo “políticamente correcto”. Esa incorrección discursiva, sin embargo, no resulta transgresora porque está cimentada en el inconsciente y el sentido común de las relaciones de poder y en las jerarquías laborales. Es la base de un relato conservador metido, en lo que el filósofo Tomas Abraham, denominaría el “genoma” político nacional.
Por eso luego de legitimar su gestión con las elecciones de medio tiempo del año pasado, Macri puede y debe mantener el prestigio del gobierno. Esto exige del despliegue de la fuerza, prescindir de limitaciones éticas antes establecidas por valores democráticos inculcados por la lucha de los organismos de Derechos Humanos y acusarlos de corrupción, ridiculizados con argumentos de un sentido común chabacano, machista, xenófobo, represivo y anticonstitucional. Siempre con un modo que revuelve las tripas a los sectores intelectualizados y culturales, pero que resuenan familiares en una gran parte de la población.
“Divide et impera”, Divide y reinarás, es otro de las máximas maquiavelianas que hizo suya Macri con el suficiente éxito como para poder divisar un segundo gobierno en el 2019, sin que el segundo semestre anunciado apareciera jamás. Partir y cooptar sectores del radicalismo, del progresismo, la CGT, el PJ, la UIA, los sectores agrarios, los gobernadores y los intendentes estuvo en la mente de Duran Barba desde el minuto que Macri se calzó la banda presidencial.

“Trincheras”

Antonio Gramsci, uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano, quien muriera en 1937 luego de padecer las cárceles del régimen fascista de Mussollini, escribió unos 32 cuadernos que son recordados como los “Quaderni del cárcel”, entre estos escritos publicados post mortem está “Notas sobre Maquiavelo sobre la política y sobre el Estado moderno” donde toma la obra de Maquiavelo para hacer una revisión de la literatura y la historia italiana. Como lectura obligada en las filas juveniles del Kirchnerismo durante la última parte del gobierno de Cristina y más actualmente también citado por el eurodiputado español Pablo Iglesias de PODEMOS, su análisis sobre la política donde la asociaba a las tácticas militares de la Primera Guerra Mundial, en correlación con el pensamiento del militar y filósofo prusiano Carl Von Clausewitz quien afirmaba que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, pero sobre un campo de batalla donde ya no se disputaba una guerra de movimientos, como vemos en los cuadros de la guerra de independencia con un genial San Martín desplegando sus ejércitos en movimientos envolventes al enemigo, sino una moderna entonces guerra de trincheras. Esas “trincheras” que se cavaban en el campo de batalla también estaban en el campo político y se hallaban construidas en la sociedad civil, que se componía de las instituciones no estatales como los partidos políticos, los medios de comunicación, centros educativos, sindicatos, organismos eclesiales, clubes de futbol, asociaciones profesionales, etc.
Gramsci entiende que todas estas instituciones están imbuidas de una ideología emanada por la clase dominante que a través de un proceso de lucha marcado por relaciones conflictivas de fuerza y coerción, pero también con consenso y seducción, la cual denomina HEGEMONIA. Así los sectores dominantes desarrollan una capacidad de convencer a las mayorías sociales con un discurso alineado en todas las arenas de la sociedad. El discurso comecoco, de cualquier campaña mediática encuentra adherentes en diversos sectores sociales, profesionales y políticos porque ha sido aprendido y replicado en miles de estas instituciones sociales desde que estábamos en el jardín de infante hasta en el club del barrio. Por eso dentro del pensamiento político de izquierda del siglo XX, Gramsci, incorpora la necesidad no solo de dar la batalla en el área económica sino también en el área de la cultura y el discurso donde se afinca la ideología de las clases dominantes hegemónicas.

La Batalla Cultural
A partir del 2012 los sectores juveniles del kirchnerismo intentaron una vía teórica gramsciana. Ponerle nombre a la disputa que tenía el gobierno de Cristina con Clarín y La Nación, implicó definirla como una “Batalla Cultural” contra un bloque hegemónico constituido por los medios de comunicación concentrados, la Sociedad Rural, sectores de la justicia opuestos al kirchnerismo y los sectores financieros lastimados por el cambio de rumbo económico que en el 2008 había terminado con las AFJP, entre otras cosas. Aquella batalla cultural tuvo muchos rounds desde su anuncio y la mayoría ciertamente fueron derrotas para el kirchnerismo, tal vez la mayor de ellas es no haber podido constituir un bloque contrahegemónico amplio en el 2015 como sí lo hiciera en 2011.
La hegemonía política nunca dejó de ser favorable al sector que representa Macri. La muestra de eso es que cuando lograron vertebrar un bloque de poder, que hasta el 2008 estaba fragmentado, luego de algunos traspiés electorales no paró de ganar elecciones.
Ese traspié fue el 2011, el año del empate hegemónico, cuando Cristina arrasó con el 54% de los votos. El discurso kirchnerista del Bicentenario de entonces había logrado permeabilizar esas “trincheras” sociales diversas. Por eso Macri, nuestro Principe Posmoderno trata de enfrentar esas múltiples trincheras de mil formas posibles, casi todas con la billetera del Estado, nada nuevo.

De la grieta al abismo

La batalla cultural, si bien la perdió el kirchnerismo, logró tocar algunas fibras profundas en ciertos lugares sensibles de la sociedad como son la juventud, algunos sindicatos, movimientos sociales de base, al mismo tiempo que paranoiqueó a las burocracias sindicales, partidarias, a los poderes concentrados de la economía agroexportadora y a sectores del contradictorio sector industrial nacional, que podían coincidir con Cristina pero que necesitaban una salida más dócil como podía ser Florencio Randazzo o Sergio Massa, que conociendo esa necesidad del establishment económico-politico, decidieron tirarse a la pileta sabiendo incluso que la pileta estaba vacía. A Randazzo no le alcanzó con demostrar que había sido un buen funcionario y Massa con su alianza con Margarita Stolbizer alejó más votos peronistas que los votos progresistas que atrajo.
Macri, o mejor dicho, su consiglieri Duran Barba, armó la táctica un poco parecida a la de Cristina, pero a la inversa. Si para Cristina se trataba de permeabilizar esas estructuras, tomarlas convirtiéndolas en propias al proyecto de gobierno. Recordemos que en ese momento se le cuestionaba a Cristina que abría focos de conflicto en muchos lados al mismo tiempo y se la acusaba de dividir al país y generar la “grieta”. En el caso actual, de Macri, consejo de Duran Barba, hoy se trata también de tomar una actitud de enfrentamiento y conflicto con esos mismos sectores para permeabilizarlos, pero ya no para ganarlos sino para dividirlos internamente y a partir de ahí desnaturalizarlos de la idea de unidad colectiva para crear la idea de individualidades que operan inconexas y enfrentadas, y a así plantear una nueva forma hegemónica más acorde al modelo que está desarrollando Cambiemos de coerción con consenso.
Si Macri está haciendo lo mismo que Cristina, también debe conocer sus riesgos y peligros. Cuando a Néstor y a Cristina les decían a la oposición dispersa y también antidemocrática en sus formas que formaran “un partido político y ganen las elecciones” esos sectores difusos y dispersos se unieron, acordaron un discurso y ganaron las elecciones del 2015. Duran Barba debe saber que si el peronismo, los sectores feministas, los universitarios, los sectores del trabajo, los desencantados votantes por el desarrollo de la economía, del costo de las tarifas, de las inflación y también sectores del sodomizado votante radical, sensible a las políticas de Derechos Humanos y el ninguneo político al que son sometidos diariamente. Una muestra de eso es el “acting” que protagonizó Nicolas Massot en el programa de Antonio Laje (ver https://www.pagina12.com.ar/100457-estamos-al-aire). No podemos asegurar que se trató de una equivocación, un daño colateral, o un error calculado para seducir a sectores peronistas bonaerenses dubitativos y proclives a la conveniente situación de hacer política con la billetera llena. Entonces el penetrar, dividir y cooptar para reinar parece ser la peligrosa forma que eligió Macri para asegurar su reelección en 2019.

Cuestión de tiempo
Si bien todos sabemos que el 2017 terminó al otro día que Cambiemos ganó las elecciones parlamentarias de medio tiempo, así también, vemos que el 2019 afloró entre las montañas de piedras que en diciembre pasado crecieron durante la sanción de nueva Ley Jubilatoria.
El 2018 es un impasse, no existe. Es un tránsito que estará marcado por el futbol, las miles de campañas mediáticas, las cortinas de humo y las idas y venidas para tratar de encontrar espacios de satisfacción y de aparcamiento político para hacer tiempo.
Duran barba y sus turiferarios ya han decidido la táctica a seguir para este año: escandalizar las pantallas con debates sensibles para la población. Pero, para dejarlos inconclusos por la sola razón de tensar y polarizar las posiciones, y trabajar con la pobre inocencia de la gente (como diría León Gieco). Reformas como el arancelamiento universitario, el cobro a los inmigrantes por los servicios de salud gratuitos, el establecimiento de una ley de aborto legal y gratuito y la despenalización de la marihuana, son todas cortinas de humo que agitan las mañanas de los diarios y los canales de noticias donde el jefe de gabinete, Marcos Peña, la vice presidenta Gabriela Michetti, o el mismo Macri, agitan la histeria de una población que no logra descansar de los sobresaltos económicos y políticos.
Sin embargo, estos juegos mediáticos del poder ejecutivo generan un enorme impacto sobre sectores sensibles. En el país del femicidio y el NI UNA MENOS, hablar del aborto no es un tema menor, más cuando se movilizaron, como jamás lo hicieron antes, cientos de miles de mujeres este 8 de marzo, ( a las que acompañamos con respeto y solidaridad en esas luchas). También cientos de miles habían movilizado por la aparición de Santiago Maldonado, y lo mismo el 21 de febrero cuando una gran cantidad de trabajadores y movimientos sociales fueron convocados por el sindicato de Camioneros a marchar y protestar, inundando la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires sobrepasando las expectativas del oficialismo del Triunvirato de la CGT, que salvo Smith, el resto no adhirió a la movilización. Hasta Moyano mismo se debe haber sorprendido del tamaño de la convocatoria, que hoy se ve con la posibilidad de reposicionarse sindicalmente más allá de la tibia y complaciente CGT, pero también que deberá asumir una responsabilidad política mayor.
Por ahora la insinuación que hizo Pablo Moyano de reeditar el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA que enfrentó a finales de los 90 al gobierno de Menem) y las declaraciones de su padre de aportar en la “reconstrucción del peronismo”, con Cristina adentro, lo ponen al camionero entre los actores centrales del momento.
Estas verdaderas puebladas, el 21F, el 8M, etc, que se vienen repitiendo, parecen no molestar al gobierno, es más, parecieran generadas por ellos mismos. Como si fuera que el conflicto y el antagonismo sería la forma de consolidar y acrecentar el capital político propio. Algo así como, “si les gustó hasta acá, les traemos más”. Tal vez por eso la ministra de seguridad Patricia Bullrich se mantenga en el Ministerio de Seguridad pese a los casos Maldonado, Nahuel, Chocobar donde el gatillo fácil y la represión ilegal e ilegítima ha sido en signo común denunciado los organismos de Derechos Humanos y los partidos políticos de la oposición.
A simple vista, ya pasó el latiguillo discursivo de la “pesada herencia”, pero no porque dejara de ser efectivo, sino porque cada vez son más públicos los casos de corrupción y ocultamiento de cuentas, negociados y malversaciones de funcionarios del círculo íntimo del presidente.
De aquí hasta las elecciones de 2019, todo será así, una repetición de puestas de escena mediáticas para histerizar a la ciudadanía, tratar de alejarla de visualizar una opción política alternativa. Pero, más acá, aún no sabemos si el peronismo podrá unirse para construir una opción de poder y programática que encolumne a toda la oposición en un nuevo proyecto amplio, representativo, fresco, renovador, mayoritario, y pueda, por lo menos, presentarse a dar batalla electoral en el, ya ahí, 2019.

jueves, 2 de noviembre de 2017

“Selfie” (del inglés: autorretrato)

Mirada Crítica.
https://mirada-critica.com/2017/10/28/selfie/


Selfie con el candidato. Selfie con el vecino. Selfie en la inauguración de la red cloacal. Selfie con el Presidente. Selfie en los carteles publicitarios electorales, selfie en el campo inundado. Selfie votando. Selfie con globos cayendo festejando la victoria electoral. Selfie con un cartel que pregunta dónde está Maldonado.

Finalmente se confirmó lo que nos veníamos preguntando en columnas pasadas. El bombardeo mediático del discurso moralista sobre la corrupción kirchnerista, acompañado por una catarata de inusitados encarcelamientos express de funcionarios K, lograron lo que muchísimos alquimistas políticos buscaron sin éxito: ganarle al peronismo bonaerense y consolidar una fuerte y compleja amalgama que llevara a arrasar el mapa electoral Nacional.

Escrutar los textos y la sonrisa de Mona Lisa de Duran Barba, no es suficiente para comprender cómo Cambiemos hizo para lograr ese ansiado efecto, que es necesario para conseguir gobernabilidad, confianza electoral y una proyección que les permite soñar con un segundo período de gobierno en 2019.

Debajo de esa montaña de votos amarillos yace el concepto clave que define el momento y le da continuidad al macrismo: “esperanza”. Esperanza que expresan los votantes en Macri – Vidal – Carrió, con un tono más parecido a una súplica y ruego que a una convicción real y dogmática.

Macri logra así repetir y mejorar la performance de 2015, y nacionaliza un partido que nació como un experimento al que muchos le veíamos problemas graves para dejar de ser una expresión vecinalista porteña de corta vida, con dificultades para poder vertebrar un discurso convincente y un armado nacional.

Este fue el gran aporte que realizó la UCR. Le abrieron la cancha del interior provincial conformando Cambiemos, y cediendo la estructura centenaria a la espera de retomar viejas gallardías y luminosos días de victoria.

Sin embargo, lejos están de eso los boinas blancas, se escucha a coro los lamentos de muchos dirigentes y militantes del radicalismo. Perciben que lo que veían como una alianza gentil y virtuosa se ha ido convirtiendo en una sodomización permanente de parte del PRO hacía los armados provinciales de Cambiemos y un desdén explícito para ocupar cargos en el manejo del aparato estatal. Tal es el caso del chaqueño Ángel Rozas, que renunció a fines de septiembre a la presidencia del interbloque Cambiemos del Senado, molesto con el “destrato” del Poder Ejecutivo.

En 1931, luego del golpe de Estado que terminó con el gobierno popular de Hipólitio Yrigoyen, Raul Scalabrini Ortiz escribió en El hombre que Está Solo y Espera: “¡CREER! He allí toda la magia de la vida. Atreverse a erigir en creencia los sentimientos arraigados en cada uno, por mucho que contraríen la rutina de creencias extintas, he allí todo el arte de la vida”.

Resulta sumamente llamativo ver que luego de tantos siglos de filosofía política, ocaso y resurgimientos de algunas religiones y el desarrollo de las ciencias políticas y sociales que ciertos preceptos morales y sociales que pueden ser considerados ampliamente como subjetivos e irracionales continúen teniendo relevancia y sean aún valorables.

En esta elección, contra toda planificación de campaña de la oposición, a un sector bastante extenso del electorado que acompañó a Cambiemos, no le importó ni la difícil situación económica (leáse tarifas de servicios, aumentos de naftas, inflación y endeudamiento externo del país) ni los cuestionamientos sobre corrupción que pesan sobre el presidente, su familia y sus amigos (Panamá Pepers, Correo y Angelo Calcaterra), ni la muerte de Maldonado luego de una represión ilegal a los mapuches, ni el cierre de canales y medios opositores, torcieron el voto hacía la oposición. El electorado decidió creer en Macri y Vidal.

Sin embargo, hay algo que todavía atormenta al oficialismo. Aún falta inflar algunos globos para que la fiesta y el bailecito estén completos: Cristina sigue beligerante. Con Vidal subida a la palestra electoral haciendo de ventrílocuo de Esteban Bullrich, y permanentemente amenazada de ser encarcelada por el juez Bonadio, quedó a solo cuatro puntos por debajo, consolidando un espacio político propio y consiguiendo una banca en el Senado que tiene más forma de trampolín electoral que de sedentario sillón. Por eso, en esta primavera y fin de año, no hay mucho para festejar ni tanto para llorar.

Vaya desde aquí nuestro respeto a la familia Maldonado y a la causa que defendía Santiago. Al mismo tiempo que esperamos justicia, y reclamamos también, por la reapertura de espacios críticos y trabajo para el periodismo opositor.

lunes, 2 de octubre de 2017

Macri, entre patas sucias y manos largas

POR: JJO para MIRADA CRITICA
https://mirada-critica.com/2017/09/30/macri-entre-patas-sucias-y-manos-largas/


Tal vez el desplazamiento de 12 móviles y carros de asalto del Ministerio de Seguridad de la Nación, que se dirigieron desde Capital hasta La Plata por la Autovía Dos la noche del martes, fue la acción que determinó la decisión del sindicalista de la UOCRA, Juan Pablo “Pata” Medina, de entregarse y no resistir la detención llevada adelante por la Prefectura Naval, con motivo de la acusación de lavado de dinero, extorsión y amenazas que dictaminó el juez de Quilmes, Luis Armella.

Así, Medina se suma al grupo de sindicalistas alcanzados por el largo brazo de la señora de ojos tapados, que con diferente medida prefiere poner en su banquillo a los cuestionables líderes gremiales, antes que a empresarios y jueces corruptos y corruptores.

El pasado 7 de agosto, Omar Plaini, del sindicato de Canillitas fue restituido en su conducción por la Sala II de la Cámara Federal Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional del Juez Irurzún, que a principios de este año el Juez Martínez Giorgi había ordenado desplazar e intervenir, con cinco camiones de la Gendarmería (GNA) por supuestas irregularidades en las elecciones gremiales del 2013.

Mismo recorrido en 2016 le había tocado a Omar “Caballo” Suarez del Sindicato de Obreros Marítimos (SOMU), donde fue intervenido el gremio y Suarez desplazado del cargo.

Finalmente, en consonancia con este devenir, algunos medios adelantan por estas horas que el próximo en la lista podría ser el titular del sindicato de empleados de porteros de edificios (Suterh) Víctor Santa María, que además de ser el presidente del PJ porteño su gremio integra el Grupo Octubre que posee medios de comunicación opositores como Página/12, AM 750 y Caras y Caretas.

Lejos aquí estamos de ponernos a dirimir que detenciones son injustas o todo lo contrario, a cada uno que se ponga la camisa que crea que le queda mejor. Sin embargo, en su conjunto conforman parte de un clima y un mensaje que necesita transmitir el gobierno de Macri y que la justicia acompaña ampliamente.

La imagen de transparencia, de pelea contra la corrupción de los distintos espacios del populismo peronista y las luchas contra las mafias, sean políticas o sindicales, deben ocupar el centro de las pantallas para que se haga real, o consistente (al menos en apariencia) el discurso del cambio de tiempo; y la idea de que se está haciendo una limpieza, porque de lo contrario las inversiones no llegaran.

“¡Quien va a invertir en este país si está lleno de mafias!”, repiten a coro los formadores de opinión en los medios de comunicación amigos del gobierno.

Con razón o no, la verdad que las inversiones no aparecen. Por el contrario, crece el endeudamiento externo, la industria que sostiene la mayor parte del empleo decrece y los tan esperados brotes verdes solo se ven en la obra pública ligados a la construcción.

La exportación de “commodities” (palabra en inglés para denominar a las materias primas usada para que la gente común no entienda nada y los economistas mediáticos hagan su show en la TV), y el sector del comercio de productos importados, son los que afloran en esta pálida primavera marcada más por el tiempo electoral que por un visible repunte de crecimiento y bonanza económica.

Números que, a dos años de gobierno, no alcanzan aun en la general a empardar los registros del 2015, y que con este endeudamiento galopante es más esperable un horizonte próximo de están-flación (estancamiento + inflación) que los esperados fulgores de algún semestre salvador por venir.

Tranquilo, esta no es una columna económica. Tome este humilde análisis de quién viene. Pero si aún quiere amargarse un poco, ya que la mayoría de los economistas son optimistas y ven venir los brotes verdes, los árboles y el paraíso pintado de amarillo, le recomiendo leer la columna de Alfredo Zaiat del domingo pasado (https://www.pagina12.com.ar/64872-cuando-explota).

Este avance sobre el sindicalismo por parte de la justicia es visto por muchos sectores opositores y no opositores como una forma de disciplinar a los gremios que “molestan” en la soñada reactivación post kirchnerista. Que sean los gremios marítimos, el de canillitas, el de la construcción y del único matutino opositor, llama la atención.

Primero porque hace mucho tiempo que se discute y cuestiona el accionar de los líderes sindicales y que se actué con tanta celeridad en este marco electoral levanta sospechas, más si los gremios que tocan son los relacionados con el transporte de exportaciones e importaciones que se mueven en barco.

Los canillitas siempre en conflicto con La Nación y Clarín y la UOCRA que cuelga su bandera verde en las obras publicas y le pelea salarios y condiciones laborales al gobierno.

Además, resulta por lo menos llamativo que desde el gobierno se hable de sindicalismo corrupto al mismo tiempo que guarda total silencio por las fortunas de los gremialistas amigos, como el difunto Momo Venegas y el actual ministro de trabajo, Jorgito Triaca, el heredero del jefe de los plásticos, ministro de trabajo menemista y privatizador de SOMISA. Jorge Triaca, QPD.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Enchastrados bajo las babas del perro de Pavlov. Avatares y desencuentros entre los encuestadores electorales y los electores.

POR: JJO para Mirada CRITICA


La realización virtuosa de la Sociología como disciplina de sus padres fundadores lejos estaba de terminar siendo solo una forma de recaudar datos como son las encuestas y sus representantes del marketing político audiovisual. Pensada como la ciencia que iba a servir para buscar la forma de hacer mejores las sociedades y tratar sus problemas, en su estado actual la disciplina se ve definida solo por una de sus herramientas. Como si el fin del carpintero seria andar dando martillazos por todos lados.

El método de las “encuestas” se da a conocer a finales de los 50 y 60 como “conductismo”. Los científicos sociales europeos que escapaban de la Alemania nazi se afincaban en las universidades nortamericanas y tomaban las experiencias del científico Iván Pavlov (1849-1936) que había descubierto que los perros reaccionaban segregando saliva ante la oferta de comida y emitiendo una señal sonora, luego con la sola llamada sonora el animal actuaba como si la comida estuviera. Eso en la psicología se denominó como la teoría del “reflejo condicionado”. Pero para esos científicos que desarrollaron los primeros departamentos de estudios sociales de las universidades yankis que buscaban un método científico con cierto control lógico que pudiera anticipar las tendencias irracionales y subjetivas que habían llevado al totalitarismo alemán. El nuevo método daba un marco de confiabilidad porque unía el estudio social con un método científico positivista de lógica causa-efecto heredado de las ciencias naturales, transformándolo en estimulo-respuesta, que permitía tener fotos y descripciones de la acción social sin tomar en cuenta análisis filosóficos, históricos, normativos o económicos. Los individuos “reaccionaban” a estímulos políticos y a cambios en su vida cotidiana.

Proyectado desde los institutos de estudios políticos de las universidades yanquis a todo el mundo, el método conductista se convirtió en “él” método de las Ciencias Política. Así una herramienta pensada para evitar el surgimiento de políticos irracionales de derecha se difundió para todo tipo de fines, desde qué partido ganaría las próximas elecciones presidenciales, hasta qué etiqueta de bebida gaseosa resultaba más llamativa apara los consumidores. Claro está que esta columna no es una revista de divulgación científica, pero vine bien repasar de donde vienen estas cosas. Los maestros en metodología dejaban abierto un margen de error, generalmente cercano al 4 y 5 por ciento de la muestra, porque si no el método dejaba de ser científico y se convertiría en mera adivinación, y lo que trataban de demostrar los conductistas era el alto grado de posibilidades y tendencias comprobables en la realidad.

Sin embargo, desde hace algún tiempo, tal vez con la necesidad de buscar la máxima velocidad y exactitud de respuesta que se instaló a partir de la masificación de las tecnologías de la computación, el internet y la robótica, escuchamos decir de desinformados comunicadores que “desde hace tiempo las encuestas fallan”. Se citan ejemplos donde todos los encuestadores del mundo son ridiculizados porque no pueden prever finales electorales dirimidos por mucho menos de cinco puntos. Estos opinólogos, más preocupados por la lógica del exitismo cual adivinadores del futuro, pierden de vista los contextos sobre los cuales se disputan las competencias electorales.

Muchas razones acuden a la hora de buscar las causas por las cuales las encuestas supuestamente yerran. Podríamos citar algunas: 1) Los candidatos son “dibujados” por diseñadores de campaña y esas imágenes cada vez se parecen más entre sí porque responden a modelos de preferencias mayoritarias de mercado. 2) Los discursos desideologizados y sensibleros ocupan el centro de las exposiciones argumentales. 3) Todo el mundo hace mediciones y evalúan reacciones al minuto, por lo tanto se arman escenarios y operaciones constantemente que pueden hacer variar las decisiones de una parte importante del electorado, sobre todo los llamados “indecisos”. Aunque ciertamente, a partir de estos cambios en la forma de encarar las campañas electorales gran parte de los electores están en la misma situación de indecisión y son permeables a cambiar el voto a último momento.

Entonces, finalmente no es que los encuestadores “fallen” sino que tal vez le pedimos demasiado a un método, discutible por cierto como cualquier otro. También deberíamos pensar, que como el éxito estará en la manipulación de los electores, vuelven a ser relevantes paradójicamente los argumentos “duros” ideológicos, económicos e históricos, porque aseguran el capital propio e intransferible de votos.

“Políticas de Estado”, en las PASO 2017: Entre el chancho importado y el gorila porteño.

POR: JJO para MIRADA CRITICA
https://mirada-critica.com/2017/09/04/politicas-de-estado-en-las-paso-2017-entre-el-chancho-importado-y-el-gorila-porteno/


Habitualmente escuchamos a los políticos de todas las calañas hablar de que “en la Argentina se necesitan políticas de Estado”. Generalmente cuando reclaman esa medida ponen cara de serios y circunspectos lanzan la frase como si dijeran una gran verdad o alguna cita bíblica. Fernando Iglesias, ex ARI hoy Cambiemos, es un gran productor de este género, lo que Arturo Jauretche denominó como “Zonceras Argentinas”. Otra más reciente es “necesitamos un pacto de la Moncloa”, (esta lo dejaremos para próximas entregas).

Como recién salimos de las PASO, creo que destrabar esto de las “Políticas de Estado” nos va a ayudar a comprender algunas cosas que se escapan de las campañas electorales y obviamente a la maraña informativa de los medios.

Resulta una herramienta invalorable ver el mapa interactivo que publicó el politólogo Andy Tow, en Página/12 del 16 de agosto, donde muestra los resultados electorales por circuitos y por municipios, y luego ver el mapa electoral nacional. Qué provincia y municipios ganó quién. Así podemos ver claramente como en la Capital Federal arrasó Lilita Carrió, seguido por un eterno segundo Daniel Filmus. Acá la novedad, fue que la ex dirigente del ARI, hoy Cambiemos, relegó a Martín Loustou a un lejano tercer puesto al cerrarle las puertas de las PASO dentro del partido que hasta ayer nomas lo llevó a ser embajador de Estados Unidos. Hasta ahí nada nuevo en la República Unitaria del Globo Amarillo o como llamaba a Buenos Aires el enorme David Viñas, “la Ciudad Oligárquica”.

La Provincia de Buenos Aires, profunda, popular extensísima mostró esta falta de políticas de Estado, y también puede incluirse en lo que Clarín y La Nación impusieron con el nombre de “la grieta”. Las dos cosas forman parte del país en disputa, del conflicto real e histórico del drama Nacional.

Primero hay que describir un poco el panorama. El gobierno y mucho del electorado de Cambiemos, pensaron que con las idas y venidas a Comodoro Py, las campañas sin descanso sobre la corrupción kirchnerista y la declaración unilateral del cambio de época que le decretaron los medios concentrados de comunicación, a Cristina le resultaría muy difícil ganar con amplio margen la provincia. Aunque, las encuestan no dejaron de darla ganadora a Cristina nunca, los cráneos electorales de Cambiemos se guardaban el ancho de espada de María Eugenia Vidal, que con un alto nivel de aceptación y pose de María Magdalena que sufre y sonríe indulgente al mismo tiempo, iban a acortar el margen que mostraban los números.

No se equivocaron. Cambiemos logró empardarle la elección a CFK, pero lo que podría haber pasado como una gran elección se convirtió en vergonzoso escándalo. Con el horario central televisivo y sin que se hayan abierto las urnas de los circuitos más poblados, se vieron ganadores y salieron a festejar entre globos y bailecito. Luego, cuando los votos del conurbano comenzaron a castigar con fuerza decidieron parar el conteo, que recién el miércoles pasado, ¡17 días después! en el recuento definitivo, el gobierno reconoció como ganadora a Cristina, pero sin aun publicarlo en la página oficial de Elecciones Legislativas 2017 (resultados.gob.ar), que tiene la última actualización de datos a las 06:55 del 14 de agosto. Una verdadera vergüenza.

En estas circunstancias CFK ganó, por un escaso margen, pero que a la luz de los acontecimientos sucedidos, todos los molinos de vientos que se le interpusieron, el triunfo se reviste de una épica quijotesca que la fortalece y la convierte en la principal referente del peronismo bonaerense. Una beligerante pieza infaltable para componer el próximo armado electoral del peronismo que suma una gran porción de gobernadores y los intendentes de los municipios más poblados de la Nación. Nada mal para una señora con síndrome de hubris, como dijera Nelson Castro, y por la cual sufren de solo verla libre mucha gente, que antes que escucharla, prefieren cerrar la puerta y odiarla en silencio o a los gritos.

Volviendo al mapa electoral, se ve claramente como en el Gran Buenos Aires urbano ganó claramente Unidad Ciudadana, haciendo una buena elección incluso en Partidos gobernados por el oficialismo, como es el caso de Quilmes y Pilar, y donde Cambiemos logró retener pero con una diferencia mínima como Morón, Ituzaingó, San Miguel, San Fernando y San Martín. Allí caló profundo el discurso y las ideas de los armadores de la campaña de CFK de mostrar las consecuencias del ajuste, el alto costo de las tarifas de servicios, los alimentos, el transporte, los alquileres y de la complicada situación económica que sacude a todo el sector del trabajo industrial castigado por la oleada de importaciones.

El resto de la provincia es un baldazo de pintura amarilla, sacando dos o tres Partidos, el resto es todo Cambiemos. Aunque la Provincia esté inundada y el consumo baje, los lecheros se van reconvirtiendo en carniceros, lamentablemente, porque a la larga al haber menos terneros habrá menos novillos generando un cuello de botella.

Por otro lado, los que en un momento dudaron cuando la soja bajó, ya volvieron a la carga a sembrar acompañados de un repunte del precio y porque el dólar Cambiemos resulta más competitivo. Este es otro chupetín que generará hambre mañana, porque se venden dólares mientras nos endeudamos externamente y luego se sale a frenar el alza con reservas. Pero, el globo se sigue inflando y eso en el campo y en los pueblos trae en lo inmediato resultados contantes y sonantes, al taca-taca, como dicen cuando les gusta pavonearse a algunos endulzados productores y consignatarios.

Otra de las razones del amarillismo por el que está pasando la Provincia, además obviamente que la gestión de Scioli no fue muy provechosa para la gente del campo, siempre muy pragmática a la hora de evaluar una gestión gubernamental Se fijan más en los kilómetros de asfalto de las rutas por donde saldrán las vacas y los granos que en el color de la camiseta, es que los radicales históricamente fuertes en la provincia cambiaron rápidamente la boina blanca por el bailecito y los globos. Acostumbrados al mundo de las internas partidarias, vivieron con naturalidad el cambio de camiseta, como parte de una nueva jugada electoral de la UCR. Como en el peronismo, la diáspora es también visible, hay radicales como Moreau y Santoro con Cristina, una lista enorme con Macri, con Massa está Stolbizer quien le aportó un sesgo progresista y lo desperonizó un poco también, tal vez eso que el ex intendente de Tigre pensó que le ayudaría a sacarle votos a Cambiemos le jugó al revés y se le fueron votos y dirigentes con Vidal. Incluso no es descabellado pensar que en un futuro no muy lejano Vidal, Massa, y en menor medida Randazzo, jueguen en un mismo equipo pero ya no con la camiseta amarilla sino con alguna nueva.

Veremos como sigue la gestión de Macri y si logra captar adhesión más allá del amor que le profesa Duran Barba y Mirtha Legrand cuando ve que CFK se adelanta en las encuestas.

Entonces volviendo al tema que abrimos al principio, vemos que hay dos provincias. Podríamos agrandar el lío, decir que hay dos países también, que si de “grieta” se habla, esta ya había comenzado en tiempos de Unitarios y Federales que discutían por algo más importante que de qué color usaban los lazos de los sombreros, y era por la subsistencia de las economías regionales frente a las ganancias que dejaban los impuestos de la aduana por el ingreso de las mercancías importadas al puerto de Buenos aires. Desde ahí tenemos la grieta que se cierra y abre con cada gobierno.

Pero mejor recortemos un poco, sabido es que el que mucho abarca poco aprieta. Tenemos una Provincia con una enorme concentración poblacional urbana con fuerte presencia del trabajo fabril industrial y una zona rural enorme con poca densidad de habitantes. Lo que está en una, no está en la otra. ¿Una grieta separa estas dos partes de una misma provincia?

No necesariamente, se complementan, se deberían complementar. Es cierto que la industria Nacional es mercado internista, sustituye importaciones a valores caros a nivel internacional de los productos, pero brinda trabajo a miles de argentinos, nos da solidez como Nación alejando vulnerabilidades del mercado internacional al hacer al país menos dependiente. La crisis internacional del 2008 sin un mercado interno como el que se logró reactivar post caída del 1 a 1, no hubiera pasado tan inadvertido como pareció. El campo aporta una gran parte de las divisas provenientes de las exportaciones, aporta tecnología de punta y genera un movimiento de capitales a nivel país que convierten a la actividad en el centro histórico, económico y político de toda discusión Nacional. Sin embargo, sin la participación del Estado el sector agro-ganadero no se hubiera sostenido en periodos históricos de caída, y sin la intervención que lo regule, tendríamos una economía de enclave exportadora de materias primas a granel con poco valor agregado y con solo un pequeño sector enriquecido por las exportaciones.

Estas dos visiones que están contrapuestas aquí, tal vez un poco sintetizadas, es el nudo no solo de la lucha de clases en Argentina sino también su drama simbólico de toda la representación Nacional.

El campo siente ser la Nación encarnada, cuando en realidad los grandes ganadores de ese sector viven en la Ciudad de Buenos Aires y están más pendientes de lo que pasa en Estados Unidos y Europa (por lo menos en esos Mercados de Valores), que del día a día de cualquier pueblo de la provincia, aunque cada tanto donen una ambulancia para descargar culpas y quedar bien con los vecinos.Es cierto que la copa del campo derrama en los pueblos, pero cuando eso pasa, los grandes poseedores de la tierra, acopiadores e intermediarios, ya se tomaron varias botellas en otros restaurantes de afuera.

Algo parecido sucede con las grandes industrias nacionales transnacionalizadas que se benefician de las rebajas en los impuestos y del endeudamiento externo que ha sido absorbido por el Estado, Cavallo en los 80 y Macri con el Correo, pero también están las Pequeñas y Medianas Industrias (PyMes) que dan trabajo y dinamizan la economía del consumo popular. Sin ellas, ya sabemos que el país resulta inviable, no porque los grandes detentores del capital y líderes de la producción agraria e industrial dejen de ganar, sino porque se hace imposible mantener el sistema económico y político, democracia y capitalismo, un difícil y delicado equilibrio. Diciembre de 2001 debería ser una lección no solo para la clase política sino también para los empresarios, que siempre se esconden tras bambalinas y gozan de impunidad social pasando inadvertidos.

Entonces, una “Política de Estado” necesaria, real, seria y verdadera, como las dos que hoy tenemos: el consenso de resolver los conflictos políticos dentro de la democracia y el reclamo de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Sándwich, Geogias del Sur y el Territorio Antártico Argentino, sería tener una política industrial y de desarrollo protegida constitucionalmente por el Estado para que sea viable. Sin duda la búsqueda del desarrollo nacional, autónomo, regional y continental, combinando las fortalezas de los recursos naturales y agro-ganaderos con la industria, buscando descentralizar los centros urbanos industriales, acercándolos a la producción rural e iniciar una democratización en la posesión de la tierra, representan a la luz de la experiencia la razón de existencia misma de la Nación de cara a este siglo XXI. Claro que para que esto suceda es necesario decirle no a los intermediarios rurales y urbanos, a los supermercadistas, a los importadores de cosas que nosotros hacemos como cerdo de Estados Unidos, gas de Chile, mermelada de Bélgica, telas de China etc. etc. Si eso sucede algún día, veríamos que la grieta comenzaría a cerrase, o por lo menos, no abría tanta desigualdad social, que es lo que realmente importa. Solo basta con ver el mapa de nuestra Provincia y hacerse las preguntas correctas. Aquí solo ensayamos algunas respuestas, otras esperan por usted.